Salsas para postres

Salsas para postres

Todos sabemos de las salsas para platos salados, pero ¿qué pasa con las salsas para postres? Te contamos que las hay muy variadas, desde chocolate y coulis hasta sabayones y champañas.

No tengas miedo de mezclar picantes y pimientas con helados, frutillas y peras. Hay salsas suaves, para veladas apacibles; fuertes y agresivas, con especias y aromáticas, con hierbas.

4 recetas de salsas para postres

Receta salsa de chocolate

salsas para postres
Imagen de Hans Braxmeier en Pixabay

Receta de salsa de chocolate. Pica con un cuchillo unas 6 (seis) barras de chocolate. Derrítelas en una cacerolita a bañomaría y agrega (a la cacerolita) un chorro de leche o crema, o si te gusta más, una copita de licor de menta o una de crema de cacao.

Mezcla bien con cuchara de madera y estará lista para chorrear sobre helados, flanes o unas ricas peras en compota. ¡Imperdible!

Receta salsa de dulce de leche

salsa de dulce de leche

Receta de salsa de dulce de leche. Frío o caliente, el dulce de leche no puede quedar afuera de las salsas para postres. Para prepararlo y servirlo caliente es necesario colocarlo en bañomaría.

Le puedes agregar licores de menta, de crema de cacao, de mandarinas (o el que más te guste), y también chocolate rallado o líquido, pero recuerda que siempre debes hacer el operativo en balo maría.

Ahora te diremos cómo hacer una salsa divertida. Pon una taza de dulce de leche en una cacerola a bañomaría, agrégale una cucharada de crema de leche, una cucharada de licor de crema de cacao, media taza de chocolate rallado y mezcla bien con cuchara de madera.

Una vez caliente, agrega 20 (veinte) frutillas fileteadas y quedará una rica salsa para volcar sobre cualquier postre o colocar como base de unas bochas de helado. Llueve con un poquito de chocolate rallado y… ¡a la mesa!

Receta salsa de frutillas

Receta de salsa de frutillas o salsa de fresas. Si te tocaron frutillas secas y sin gusto… ¡no te aflijas! Te proponemos macerarlas y hacer una salsita que servirá de base para un coulis.

Pon a macerar en un bol un kilo de frutillas limpias y sin cabito con 1/2 (medio) kilo de azúcar y 3 (tres) copas de champán (o con el jugo de dos limones sin pulpa ni pepitas y una copa de vino blanco o con 1/4 litro de jugo de naranjas).

Pon el bol con las frutillas en la heladera de 6 a 8 horas. Las frutillas chuparán primero el azúcar y el líquido, lo procesarán y luego lo largarán con su gusto. Y se aflojarán y quedarán dulces, a puro brillo y colorido.

Ahora viene la salsa prometida: separa las frutillas de su almíbar y resérvalas aparte.

Lleva el almíbar de las frutillas a una cacerola y ponlo a hervir hasta que espese y reduzca a la mitad.

Una vez que espesó, agrega una copa de licor de frutas a gusto (mandarina, naranja, frambuesas), mezcla bien con cuchara de madera y estará lista esta deliciosas salsa. Sírvela sobre helado o como base de un postre. Un manjar.

¿Qué es un coulis?

Antiguamente se denominaban coulis a las salsas en general. Eran todos los jugos naturales que se desprendían de las carnes durante su cocción.

También se llegó a decir que eran purés líquidos que provenían de carnes, aves y especialmente de langostinos, langostas y crustáceos en general.

Hoy se los conoce como jugos ligados de frutas naturales especiales para acompañar postres. Es decir, son simplemente, el jugo de las materias primas. Veamos un ejemplo.

Pelar medio kilo de kiwis y licuarlos con media taza de jugo de naranjas y tres cucharadas de azúcar. ¿Viste qué fácil? Los kiwis se pueden reemplazar por cualquier fruta, en especial las rojas, como frutillas, frambuesas o cerezas.


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